Dentro del recinto donde hoy se encuentra este conjunto arquitectónico denominado “Los Rosales”, se ubicó antiguamente un palacete de los Duques de Gandía. En el siglo XIX perteneció a Félix Samper (1810 - 1877) y más tarde a Fernando Merino Pérez, quien a principios del siglo XX construyó el edificio que podemos ver en la actualidad, el cual preside la plaza donde se encuentra, realzando su entrada principal con unas escalinatas. Entre el edificio principal, anexos y la tapia de sus jardines, el conjunto define uno de los lados más largos de la plaza donde se ubica.
Edificio de dos plantas y semisótano, se singulariza por el torreón rectangular que lo eleva una planta más. Tiene la cubierta a cuatro aguas y corona con un chapitel. El semisótano está decorado con un zócalo hasta el primer piso. Sobre la puerta principal se abre una terraza corrida lo cual acentúa la fachada y le da protagonismo. Muy austero en su conjunto, realiza una sencilla decoración con dinteles y jambas en la portada central, tradición arquitectónica española propia del siglo XVI y de la herencia plateresca. Resaltan los aleros de madera de estilo mudéjar de la arquitectura regional, la pronunciada pendiente de los faldones de la cubierta y los abuhardillados, la torreta piramidal rematada con pináculos de cinc y las barandillas de hierro forjado con elegantes jabalcones.
Félix Samper fue joyero y Diamantista Honorario de Cámara de la reina Isabel II en 1847. Su fama de gran joyero se desarrolló tanto en territorio español como en el francés, pues poseía un establecimiento en París en la Rue de la Paix. Además del mundo de las joyas, en la finca familiar de Villaviciosa de Odón cultivó y elaboró garbanzos y aceites. Sus legumbres llegaron a tener una mención honorífica en la Exposición de Agricultura de 1857. Como curiosidad, comentar que Samper donó el primer reloj que tuvo el Ayuntamiento, era de Losada, creador del famoso reloj de la Puerta del Sol de Madrid. Además, construyó en la finca, a comienzos del siglo XIX, el primer teatro de Villaviciosa de Odón.
Don Fernando Merino Pérez, abogado y agente de bolsa a principio del siglo XX, solía organizar fiestas a las que acudían todos los miembros de la burguesía local.
La parte interior del jardín de la villa, en origen, era una finca independiente y aledaña. Perteneció a la familia de San Francisco de Borja, más tarde al marqués de Grimaldi, a Pedro Sainz de Baranda, alcalde de Madrid de 1812 a 1813 y por último, a Francisco Roldán, quien lo vendió a sus actuales propietarios.
Las dos fincas fueron compradas y unificadas en 1944 para ser sede del primer Centro de Estudios para la Formación de la Mujer del Opus Dei, actual propietario, quien realizó una profunda remodelación incorporando otras edificaciones destinadas principalmente a uso residencial, taller artesano y zonas lúdicas, para realizar encuentros, jornadas de reflexión, cursos de retiro y convivencias.
Actualmente, dentro del recinto de la villa, se encuentra un taller artesano que se dedica a realizar bordados y restauraciones para hermandades y cofradías de toda España, trabajando directamente con cofradías de Villaviciosa de Odón, son famosos los mantos elaborados para la Virgen de la Soledad o las faldillas del Cristo del Milagro.
También hay que destacar, que entre sus muros se llegó a hospedar la química Guadalupe Ortiz Landázuri (1916 – 1975), doctora en Ciencias Químicas, catedrática española de maestría Industrial e investigadora en el ámbito de la química aplicada y miembro del Opus Dei. Fue proclamada beata por la Iglesia Católica en el 2019.
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